viernes, 16 de septiembre de 2016



Puedo olerte entero, percibirte,
El tacto a mis dedos de tu piel blanca y caliente
tras un cristal de escaparate o urna imprecisa
me está vedado. El almíbar de tu boca dulce,
como melocotón dulce, el cimbrear loco y constante
de tu pájaro insaciable. O jugar en tu ombligo,
con mi lengua afilada de sexo y muerte.

Puedo olerte entero, percibirte,
traspasar tu esqueleto de niebla,
y agitar la vertical tu cuerpo con el mío.

Estrofa del poemario : Mujer bajo la noche.

Manuela Gómez Morgado.

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